El misterioso avión iraní también despertó señales de alarma en la inteligencia de Israel

Nacional11/06/2022
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No solo los funcionarios estadounidenses siguieron con atención el periplo del Boeing 747 matrícula YV3531 desde Caracas hasta Buenos Aires, la preocupación del intento de injerencia del régimen iraní en América Latina prendió las señales de alarma entre las autoridades israelíes, según fuentes allegadas a ese país. “El temor de Israel es que el régimen de Teherán vuelva a cerrar un acuerdo de abastecimiento de tecnología argentina para su industria nuclear", comenta un vocero.

Luego de las fricciones que se generaron entre Jerusalem y Buenos Aires durante la anterior etapa del kirchnerismo por el Memorándum de entendimiento con Irán, el interregno de la administración de Mauricio Macri distendió la relación bilateral, pero desde el triunfo de Alberto Fernández volvió la preocupación. El primer dato elocuente del desinterés de las autoridades argentinas fue la designación del multiprocesado Sergio Uribarri como embajador. Y ahora informalmente transmiten mayor inquietud ante la intención del gobierno de impulsar el nombramiento de la ex titular de la AFI, Cristina Caamaño, declarada simpatizante de la causa palestina.

No fueron pocos los exfuncionarios y operadores argentinos que se enteraron por fuentes de Jerusalem de la llegada del avión que originariamente perteneciera a la empresa iraní Mahan Air, acusada de transportar armamento, agentes encubiertos y dinero a las zonas de conflicto en Siria e Irak. Los funcionarios israelíes no descartan que en Argentina haya iraníes y venezolanos operando en el territorio con el apoyo logístico de la Embajada de Rusia en Buenos Aires.

Las cuestiones que le quitan el sueño a Israel son el acuerdo estratégico militar que ha firmado en estos días el presidente Nicolás Maduro con sus colegas del régimen de Teherán y la decisión de ese país de desmantelar 27 cámaras de vigilancia del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en diferentes instalaciones nucleares, según informó este jueves en Viena el director de la agencia nuclear de la ONU, el argentino Rafael Grossi.

Las cámaras de vigilancia del OIEA son clave para poder verificar los avances del programa nuclear de Irán. En cuestión de pocas semanas, entre tres o cuatro, advirtió Grossi, los inspectores ya no podrán reconstruir la evolución del programa nuclear iraní. De ahí que surge el temor de Tel Aviv respecto a un nuevo programa de intercambio de tecnología argentina a espaldas del organismo, como existió hace décadas y fue abortado durante la administración de Carlos Menem a instancias de Domingo Cavallo y del exembajador de los Estados Unidos, Terence Todman.

De ser así la pregunta del millón sería a cambio de qué. Qué podría recibir el gobierno argentino en esta oportunidad. Las especulaciones son diversas, pero todos los caminos conducen al esquema geopolítico que sostiene la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el Instituto Patria. Impulsar una alianza estratégica con China, Venezuela y Cuba, donde Irán aparece como un elemento más conflictivo en un contexto internacional áspero y complicado. El camino directo a una mala convivencia con Estados Unidos y la OTAN.

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