Buscan alternativas para erradicar el trabajo infantil en las calles salteñas

“A esta hora exactamente, hay un niño en la calle. Yo los veo apretando su corazón pequeño”, es parte de una de las canciones más tristes de Mercedes Sosa y Calle 13. Una canción que refleja la realidad de casi todas las ciudades del mundo. 

Parte de la idiosincrasia del centro salteño son los niños que venden, que piden. Están ahí como si formaran parte del paisaje, y nadie se hace cargo de ellos. Es que parece que está casi normalizado que haya niños pequeños trabajando, solitarios, corriendo cualquier tipo de peligro. 

Basta con sentarse a cenar o almorzar en un restaurante en el centro o en polos gastronómicos para que se acerque un niño a querer vender medias o cosas dulces. Merodean por las peatonales y por las calles más concurridas. Los mozos los sacan del local, algunos de buenas maneras, otros de malas. Son pequeños, están sucios, flacos, y casi ni sonríen. Están cansados, no solo de trabajar, sino de la dura vida que enfrentan con tan pocos años. 

La gente los reta, les cuestionan por qué están en la calles, los ignoran, viven en la negación. Pero ni ellos saben por qué están donde están, por qué en lugar de estar en una cama descansando durante la noche, están vendiendo, con frío, con hambre. Son parte de una realidad negada pero que sólo refleja la miseria en los corazones de quienes deben hacerse cargo de la problemática. 

¿De dónde son? De barrios olvidados, de asentamientos, de familias en extrema vulnerabilidad, de mundos difíciles que el corazón de un niño pequeño no puede comprender. No conocen otra realidad, muchos viven situaciones de violencia familiar, están expuestos desde muy pequeños a las adicciones. Esa es la realidad de miles de niños salteños. 

En Salta se ven pocas políticas y acciones que apunten a resolver el drama de éstos niños. Si bien existe la posibilidad de llamar a la Línea 102, que habilita la comunicación con la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, no se ven acciones concretas en los espacios donde estos niños “trabajan”.

“Necesitamos un compromiso por parte de la secretaría de la Niñez, la defensoría de la niñez, vemos chicos de 8, 9, 10 años por las peatonales vendiendo, nosotros no tenemos competencias pero esperamos que el Estado provincial se involucre. Estos chicos necesitan estar resguardados físicamente, un resguardo mental, están solos en la calle”, manifestó el secretario de Prevención Ciudadana, Jorge Altamirano, con intención de iniciar acciones que se encaminen en alguna posible solución.