Un hombre condenado por manosear a una adolescente en el colectivo, tuvo que irse del barrio
Policiales10/05/2023InformateSaltaPese a la campaña publicitaria encarada en los colectivos, el acoso sexual es aún un temor latente para muchos padres, en especial en el horario escolar. Prueba de ello, la semana pasada la Sala I del Tribunal de Juicio, condenó a un pasajero de 54 años que acosó a una estudiante de 14 años en una unidad de la línea 7 “E”, aunque la pena no incluyó la cárcel, sino fue de carácter condicional.
No obstante, según pudo conocer InformateSalta, el condenado, Walter Mario Ocampo, un pintor de 54 años que vivía en el barrio Finca Valdivia, se tuvo que mudar al barrio Alto La Viña. Además, no puede acercarse a la damnificada, tanto en el domicilio donde reside como a las instituciones educativas, laborales, de esparcimiento o lugares de concurrencia habitual de la misma.
Tampoco puede mantener cualquier tipo de contacto y por cualquier medio con la víctima (oral, escrito, telefónico, mensajes de texto, facebook y/o similar), bajo pena de revocarse el beneficio de la prisión condicional recibido al ser condenado a un año y seis meses por el delito de abuso sexual simple.
El caso, según lo averiguado por este medio, ocurrió el 23 de agosto del año pasado, cuando una estudiante de 14 años ascendió a un colectivo de la línea 7 “E”, en la parada ubicada a una cuadra de su casa. Por detrás, lo hizo Ocampo, a quien la denunciante describió como un hombre de estatura baja, pelo canoso y ojos achinados.
El colectivo, que se dirigía al centro ya iba lleno, así que la joven se acomodó en el pasillo. Vestía su ropa de educación física. El acosador, de buzo rojo, se paró detrás y a poco de arrancar el colectivo, comenzó a tocarle la mano, para luego avanzar y acariciarle la pierna.
La estudiante se paralizó, no supo qué hacer. Ni si quiera se animó a hablar con algún otro pasajero. Por esto, ahora los colectivos llevan carteles internos, en los que recomiendan los pasos a seguir, entre ellos usar el celular para filmar al acosador.
En este caso, la situación vivida atemorizó a la joven, quien sólo rogó que el colectivo llegara rápido al centro. En la parada de calle San Martín y Buenos Aires, la joven se bajó y, al ver hacia atrás a su acosador, se tranquilizó cuando se marchó en otra dirección.
Ella, en tanto y en estado crisis, llegó a la escuela, habló con una prima y con su madre, quien luego la retiró, pues estaba en shock por el episodio vivido. Al hablar sobre ello, en Cámara Gesell, dio más detalles, entre ellos aseguró que el acosador en todo momento intentó tocarle la cola, por lo que se movía de un lado a otro para evitarlo, aunque no fue mucho lo que pudo hacer debido a que la unidad iba casi repleta.
En una librería
Contó también que, a las dos semanas, el 5 de septiembre, fue a una librería en el barrio San Benito con su tía. Al ingresar, el miedo la capturó. Ante las preguntas de su familiar, sólo atinó a señalar al pasajero que la había abusado. “Ese es, ese es”, sostuvo.
La denuncia por el hecho ya había sido radicada en la Comisaría 15, por lo que la tía no se quedó quieta y esperó afuera del comercio decidida a desenmascarar al acosador, a quien siguieron hasta su casa, dándose con la sorpresa que vivía a una cuadra de la víctima.
Parada con su sobrina frente al domicilio, la mujer llamó al 911 y alertó sobre la ubicación del acusado. Luego, se animó y tocó la puerta de casa. El que salió a atender fue el propio Ocampo, a quien la tía descargó todos sus reclamos por haber abusado de su sobrina.
Ocampo negó todo, pero la adolescente lo reconoció, aunque luego comenzó a temblar por la tensa disputa, lo que fue advertido por su familiar, quien cedió a los reclamos y se llevó a la joven a su casa.
Lo que parecía una batalla ganada no duró mucho, pues a los minutos, un par de policías tocaron la puerta de casa de Ocampo y se lo llevaron detenido. Ya con el proceso penal abierto en su contra, el acusado reconoció su responsabilidad en el hecho y accedió a que su caso se resuelva con un juicio abreviado. Al respecto, la madre de la estudiante acosada consintió el acuerdo alcanzado por la fiscalía y la defensa, pues solo busca que su hija “continúe con su vida. Acaba de terminar tratamiento psicológico” y ahora “está bien”.