La sentencia benefició a un tío “mano larga” de Cafayate. Sus víctimas fueron dos adolescentes, una de las cuales cobró coraje y lo delató con su madre. Lo que no sabían era que otra sobrina, también menor, había sido víctima del mismo abuso.
El caso, ventilado en la Sala V del Tribunal de Juicio ante el juez José Luis Riera, tiene como acusado a un hombre de 33 años, de la localidad de Cafayate, quien estaba detenido desde mayo del año 2022, cuando una hermana lo denunció por el abuso sexual de una de sus hijas, de 13 años.
Esta denuncia, en realidad, se sumó a la radicada por la asesora de Menores e Incapaces de ese municipio, el 19 de mayo de 2022, quien activó la primera alerta, la que surgió de la declaración testimonial de una hermana del acusado, la que dio cuenta de un relato dado por su hija adolescente.
La mujer sostuvo que la menor le contó que su tío “la había querido abusar” y que tampoco le gustaba como la miraba. Para mayor precisión, sostuvo que una vez, cuando dibujaba en la cocina, el acusado se acercó y le “refregó la espalda” con las manos.
Dijo que eso no le parecía normal y que se quería ir de la casa. Al indagar si había ocurrido algo más, solo respondió que “sentía miedo”. La madre, a modo de justificación, sostuvo que trabaja 8 horas por día, entre la mañana y la tarde, en tanto, que su pareja lo hace por la tarde y que su hermano, el acusado, se la pasa casi todo el día en su casa.
Posteriormente, el 31 de ese mismo mes, otra hermana del imputado se presentó en la comisaría de Cafayate y lo denunció por el abuso sexual de una de sus hijas, de 13 años. La mujer relató que la víctima se quebró en llanto por un problema que tuvo con una compañera de la escuela, hecho por el cual estaba dispuesta a presentarse en la escuela y hablar con los docentes.
Ante esta postura, su hija, entre llantos, le dijo que no lo hiciera y que debían hablar, pues tenía algo que contarle “desde hace mucho tiempo”. Fue entonces que informó que su tío desde el año pasado, había comenzado a tocarle sus partes íntimas.
Iba a tomar mate
Explicó que los abusos sucedían cuando el acusado se presentaba en la casa para tomar mate. En ese ínterin, cuando la madre lo perdía de vista, su hermano manoseaba a su hija. Además, cuando no estaba en la casa, le mandaba mensajes por Messenger preguntándole si estaba sola, a lo que ella siempre le decía que no, que se hallaba acompañada.
En los mensajes, le decía que era linda y le sugería que se haga una cuenta en Instagram, así “subía fotos lindas”. Por otra parte, recordó que, en una ocasión, el acusado la besó en la boca, la abrazó de atrás y comenzó a tocarle los senos, ante lo cual su hija reaccionó y lo empujó, a lo que su tío se excusó diciéndole que se había “confundido” con su novia.
En cuanto a por qué no dijo nada, la menor sostuvo que estaba en shock y pensó que no le iban a creer, situación que cambió, al parecer, luego de hablar con otras compañeras de la escuela, tras lo cual se decidió a hablar con su madre.
En la audiencia de juicio, la fiscalía y la defensa propusieron resolver la causa a través de un acuerdo de juicio abreviado. El mismo contemplaba una pena de tres años de prisión condicional por el delito de abuso sexual simple, continuado y agravado por la convivencia.
A modo de reparación, en tanto, el acusado ofreció pagar una suma de un millón de pesos, a repartirse entre las dos víctimas, lo que fue aceptado por las madres de ambas menores, aunque sí solicitaron que se dispongan medidas que impidan el acercamiento del acusado con las menores, tanto físicamente como así también por medio de las redes sociales.
El acuerdo, consentido por el acusado y su defensa, en su defecto, fue homologado por el juez, quien dispuso entonces la libertad del acusado, quien llevaba ya poco más de dos años detenidos, según lo informado por fuentes judiciales.