Triste final para una escuela rural salteña: Tuvo que cerrar tras 84 años por falta de alumnos
Sociedad08/12/2024La Escuela N° 4552 Niño Jesús de Praga, ubicada en el paraje salteño de Corral Quemado, dejó de funcionar definitivamente tras 84 años de historia. El pasado viernes, el último estudiante egresó de esta institución rural, poniendo fin a un ciclo que comenzó en 1940 con el objetivo de garantizar educación primaria a los niños de la zona rural.
El cierre se atribuye a la falta de alumnos, un problema que se fue acentuando en las últimas décadas debido a la migración de familias hacia áreas urbanas, especialmente al municipio vecino de El Quebrachal. Esta tendencia redujo paulatinamente la matrícula escolar, haciendo inviable el sostenimiento del establecimiento educativo.
El cierre de la escuela no solo marca el fin de una etapa educativa, sino que también refleja los desafíos que enfrentan las comunidades rurales en la actualidad, donde la migración impacta profundamente en las estructuras locales y en el acceso a servicios esenciales como la educación.
La escuela comenzó a experimentar una disminución en su matrícula en la década del 90, una tendencia que se profundizó en los 2000. Uno de los factores determinantes fue la decisión de muchas familias de registrar su residencia oficial en El Quebrachal, a pesar de continuar viviendo en la zona rural. Este fenómeno desalentó el apoyo de las autoridades locales y derivó en el cierre progresivo de grados en los últimos años.
En el ciclo lectivo 2024, solo funcionaban tres grados: 4°, 5° y 7°. A pesar de esta reducción, la institución mantuvo un equipo educativo completo, con docentes dedicados no solo a las materias troncales, sino también a áreas especiales como inglés, arte, educación física y religión. Además, contaba con personal administrativo y de maestranza, reflejando el compromiso por ofrecer una educación integral hasta el último día.
Desde el Ministerio de Educación de la Provincia informaron que el personal titular o de planta permanente de la escuela será reubicado en otros establecimientos educativos, asegurando la continuidad laboral de quienes acompañaron a la institución en su etapa final.
Este cierre representa no solo el fin de una escuela, sino también el impacto de cambios sociales y demográficos que afectan profundamente a las comunidades rurales y a su derecho a la educación.
Blanca María Bottaz de Salazar estuvo a cargo del establecimiento durante casi 40 años, desde 1977 hasta 2016. Comenzó como docente y luego asumió la dirección, dejando una huella imborrable en la institución y en la comunidad. “He pasado momentos muy lindos, pero también de mucha lucha y gestión en mi escuelita”, expresó con nostalgia, recordando su compromiso con los niños y las familias de Corral Quemado.
El paraje rural de Corral Quemado, hogar de esta histórica escuela, es una comunidad humilde donde la vida siempre estuvo ligada al esfuerzo de su gente. Durante décadas, los habitantes se dedicaron a la agricultura, trabajando principalmente en las fincas de la zona. Otro sustento clave fue la producción de carbón, un oficio que reflejaba la conexión de estas familias con la tierra y su búsqueda constante por salir adelante.
En sus inicios estuvo como docente, solo se encontraban trabajando tres maestras. En aquel entonces la matrícula llegó a 60 alumnos. “La escuela no tenía lugar porque era un rancho, a mí me tocó enseñar debajo de un árbol”, recordó. Incluso vivió en el lugar, en una casa que formaba parte del establecimiento, allí crió a sus cinco hijos junto a su esposo, mientras desarrollaba su trabajo como docente.
La escuela “Niño Jesús de Praga” pasó por varios inconvenientes uno de ellos y el más recordado por una de sus directoras fue la lucha por el agua potable. “Estuvimos casi 8 años sin agua, la municipalidad de El Galpón nos auxilió llevando en un tanque, pero no era suficiente. Yo llevaba en mi auto, rompí el baúl de mi vehículo incluso”, detalló.
Debido a los traslados de los vecinos a la zona urbana, la matrícula de la escuela fue disminuyendo notablemente. “Los chicos crecen y quizás ellos mismos les pidieron a sus padres el traslado para continuar sus estudios”, agregó Blanca.
El acto final fue un evento cargado de emociones. La directora Matilde del Valle Palomino, quien también se jubiló en esta ocasión, dirigió las palabras de despedida ante el cuerpo docente, padres y el único alumno que egresaba. Estuvieron presentes la ex directora Blanca Bottaz, quien trabajó en la escuela durante casi 40 años, y el maestro y escritor Juan Carlos Valdiviezo.
Bottaz, visiblemente emocionada, recordó los años dedicados a la escuela, desde sus humildes comienzos como una escuelita rancho hasta su modernización en 2010, cuando se realizaron importantes obras, incluida la construcción de un pozo de agua. Entre lágrimas recitó uno de los poemas de su autoría dedicado a la escuela.
El cierre de la escuela N° 4552 Niño Jesús de Praga no solo apaga las luces de un lugar histórico para muchos, sino que expone la dura realidad de las comunidades rurales que luchan contra el desarraigo y el abandono.
Hoy, el silencio en Corral Quemado lleva consigo el eco de risas, lecciones y sueños que, aunque ya no tendrán un hogar físico, permanecerán vivos en la memoria de quienes fueron parte de esta escuela inolvidable. /El Tribuno Salta