


Cayó Espert, cae el relato: Milei gobierna entre corruptos y ajusta a los que menos tienen
Sociedad05/10/2025
La renuncia de José Luis Espert a su candidatura en Buenos Aires es la confirmación de un hecho político grave: Javier Milei puso a un narco como su principal candidato y lo sostuvo hasta que ya no pudo ocultarlo más. Hace apenas unos días, el propio Presidente decía que si lo echaba estaría “confirmando las cosas que dicen sobre él”. Hoy le aceptó la renuncia. Es decir, Milei reconoció lo que intentó negar: su espacio está manchado por la corrupción y los vínculos con el delito.
Lo de Espert no es un caso aislado. Es la muestra de un gobierno que predicó moral y terminó hundido en los mismos vicios que decía combatir. Mientras el Presidente habla de libertad, su entorno multiplica los negociados: la estafa de la criptomoneda Libra, que perjudicó a miles de argentinos, y las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad, donde aparecen mencionados su hermana Karina Milei y el operador “Lule” Menem.
Este es el verdadero rostro del poder libertario: un gobierno que ajusta a los jubilados, a las personas con discapacidad, a las universidades públicas, a la ciencia y a la cultura, mientras protege a los suyos y reparte cargos, favores y negocios entre amigos.
Si Espert no puede ser candidato, tampoco puede ser diputado ni presidir la Comisión de Presupuesto. No hay justificación posible para que alguien investigado por corrupción y narcotráfico siga tomando decisiones sobre el dinero de todos los argentinos. La ética pública no puede seguir siendo una excepción, tiene que volver a ser la regla.
La Justicia Electoral tampoco puede permitir que el Gobierno manipule el proceso a tres semanas de las elecciones para borrar sus propios errores. Los plazos están vencidos y las boletas ya impresas. Pretender cambiarlas ahora es otro acto de soberbia institucional.
La renuncia de Espert marca un punto de inflexión: el relato libertario se desmorona frente a la realidad. El gobierno que se presentaba como la renovación terminó siendo la continuidad más obscena de los privilegios, la corrupción y la impunidad. Milei y su entorno ya no representan una esperanza de cambio, sino la degradación del Estado y de la política.
La Argentina necesita un rumbo distinto: uno que defienda los derechos, la justicia social y la honestidad como pilares de un proyecto de país. Lo que está en crisis no es solo una candidatura, es un modelo que gobierna para pocos y desprecia a la mayoría. Y frente a eso, vamos a seguir señalando, denunciando y construyendo una alternativa ética, democrática y popular que recupere el futuro para todos los argentinos.
Fuente: Nuevo DIario de Santiago del Estero







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