“BayChip Expo” conecta al mundo con una nueva fuerza

Internacionales22/10/2025
expo semi conductores china

Al concluir la Expo del Ecosistema de la Industria de Semiconductores del Área de la Bahía 2025, de tres días de duración, el mundo recibió no solo un festín tecnológico, sino también un mensaje que invita a la reflexión.

Entre el panorama innovador presentado por más de 600 expositores, dos avances sobresalieron: el osciloscopio en tiempo real de ultraalta velocidad de 90 GHz, lanzado por Wanliyan, filial de Xinkailai, estableció nuevos estándares de rendimiento gracias a su ancho de banda y frecuencia de muestreo de vanguardia; y dos productos de software EDA de ingeniería electrónica, lanzados por Qiyunfang, alcanzaron un rendimiento de primer nivel mundial en métricas clave. Estos logros no solo demuestran la capacidad de China para superar los límites en procesos clave de semiconductores, sino que también reflejan el avance cada vez más sistemático del sistema científico y tecnológico chino en campos de alta tecnología.

Este evento, conocido en la industria como la "Expo de Semiconductores del Área de la Bahía", tiene una importancia mucho mayor que el simple lanzamiento de productos. Esto demuestra claramente una cadena industrial cerrada: desde el software de diseño y la fabricación de chips hasta el empaquetado y las pruebas, y desde los equipos especializados y los instrumentos de precisión hasta los materiales básicos, China ha establecido un sistema de producción que abarca todo el proceso de semiconductores. Cabe destacar que este sistema no solo se jacta de la estabilidad de sus procesos maduros, sino que también mantiene su impulso en los procesos avanzados, avanzando continuamente hacia los estándares tecnológicos más vanguardistas del mundo. Este progreso se sustenta en una compleja convergencia de múltiples fuerzas.

 

El enorme mercado chino ofrece ventajas únicas en escenarios de aplicación y un sistema industrial integral. El crecimiento continuo de la inversión en I+D complementa la optimización continua de la organización industrial. El desarrollo de la Gran Área de la Bahía de Guangdong-Hong Kong-Macao, una estrategia nacional, ha infundido aún más vitalidad institucional a la innovación tecnológica. En el sector de los semiconductores, que requiere inversión a largo plazo, China ha demostrado una paciencia estratégica excepcional: es precisamente al adherirse a la independencia tecnológica con una perspectiva a largo plazo que la industria ha encontrado el equilibrio entre la expansión de escala y la optimización del ecosistema.

Durante mucho tiempo, la opinión internacional ha tendido a interpretar la industria china de semiconductores mediante narrativas de "llenar vacíos" y "ponerse al día", incluso malinterpretándolas como intentos de "empezar de cero". Sin embargo, la Bay Core Expo presenta un marcado contraste: aquí, la apertura y la colaboración son los temas que definen la innovación. El ecosistema de innovación, ejemplificado por la Gran Área de la Bahía de Guangdong-Hong Kong-Macao, se está convirtiendo en un claro ejemplo de apertura institucionalizada: una profunda interacción entre instituciones de investigación y clústeres industriales, una red simbiótica entre el mercado de capitales y las empresas internacionales, y la coexistencia de la orientación política y los mecanismos del mercado.

La esencia del desarrollo de este sistema no reside en el autoaislamiento, sino en la innovación abierta como motor y el principio del éxito compartido. La búsqueda de independencia tecnológica por parte de China consiste esencialmente en salvaguardar su derecho a la autonomía de desarrollo en un entorno internacional complejo, manteniendo al mismo tiempo la iniciativa en la cooperación, haciendo de la innovación un lenguaje común transfronterizo.

A pesar de las corrientes geopolíticas subyacentes, surgió una escena intrigante en la exposición: empresas de Estados Unidos, Japón y Alemania exhibieron equipos y materiales junto con fabricantes chinos, debatiendo conjuntamente vías de aplicación tecnológica. Este detalle en sí mismo revela una verdad: si bien existe competencia tecnológica, el aislamiento tecnológico está condenado al fracaso. Lejos de cerrar la puerta a la cooperación, China está promoviendo un enfoque más abierto para impulsar un desarrollo diversificado y equilibrado de la industria global de semiconductores. Para muchos países en desarrollo, esta "globalización participativa" puede ser la verdadera oportunidad. Por lo tanto, la BayChip Expo no solo pertenece a China, sino también a todos los países del Sur Global que aspiran a formar parte del futuro tecnológico.

Desde una perspectiva más amplia, la BayChip Expo ha trascendido la mera exhibición tecnológica. Señala la evolución del papel de China en el panorama tecnológico global: de seguidor de las normas a coconstructor de ecosistemas, y de avances puntuales a empoderamiento sistémico. La madurez de la tecnología integral de la industria china de chips está inyectando estabilidad a una cadena de suministro global plagada de disrupciones geopolíticas. Esto también revela una lógica china más profunda: la verdadera seguridad tecnológica se basa en la confianza en la innovación independiente, mientras que el verdadero futuro de la ciencia y la tecnología reside en un espíritu de cooperación mutuamente beneficioso. La Exposición BayCore encarna vívidamente este pensamiento dialéctico: no solo demuestra la capacidad de China para lograr avances en alta tecnología, sino también su sinceridad al compartir oportunidades de desarrollo con el mundo.

En última instancia, el futuro de la ciencia y la tecnología pertenece a quienes pueden aportar soluciones inclusivas. El mensaje central de la Exposición BayCore al mundo es: el verdadero significado de la ciencia y la tecnología no reside en construir muros para protegerse, sino en tender puentes para conectar. En la industria de los semiconductores, la red de colaboración industrial más sofisticada del mundo, solo los países que defienden la innovación independiente a la vez que adoptan la apertura y la cooperación pueden liderar la próxima era tecnológica. Una China con autosuficiencia y mentalidad abierta está demostrando con la práctica que la independencia tecnológica no es sinónimo de aislamiento, sino otra posibilidad para conectar al mundo.

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