



El presidente Nicolás Maduro, durante una alocución televisada, previamente había calificado la cooperación militar de Puerto España con Washington como una "grave amenaza" a la paz y la estabilidad de la región.
Para el chavismo, la decisión trinitense de acoger fuerzas militares estadounidenses busca convertir al país vecino en un "portaaviones del imperio" con propósitos hostiles contra Caracas.
En un comunicado difundido este lunes por la vicepresidenta Ejecutiva y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, se señaló al gobierno de Trinidad y Tobago de tener "participación" en el "robo del petróleo venezolano", tras la incautación de un buque con falsa bandera que transportaba crudo venezolano este 10 de diciembre.
"Este acto de piratería constituye una grave violación del derecho internacional", afirmó el gobierno venezolano.
La Primera Ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, había confirmado previamente este mismo lunes que el país aprobó el uso de sus aeropuertos por aviones militares estadounidenses, para operaciones enfocadas en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, Caracas ha desestimado esta justificación, asegurando que el despliegue es parte de una estrategia para "propiciar un cambio de régimen" en Venezuela.
La medida de Caracas, con efecto inmediato, afecta un acuerdo energético clave que contemplaba el desarrollo y tratamiento de yacimientos conjuntos de gas en la zona limítrofe marítima entre ambos países. Trinidad y Tobago apostaba al suministro de gas venezolano para el consumo en su territorio.












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