Tras ser desalojadas de Los Pinos, dos mujeres debieron volver con sus agresores

Siguen las repercusiones en torno al episodio ocurrido en la mañana de este martes, cuando se procedió al desalojo de las familias que estaban viviendo de manera irregular, en el asentamiento Los Pinos, en el municipio de San Lorenzo, sin un lugar dónde pasar la noche, dos volvieron con sus agresores.

Tras haber desocupado el predio en el que se encontraban, las ocho mujeres que vivían allí se manifestaron en las afueras del Instituto Provincial de la Vivienda, a fin que puedan darles una solución a su problemática habitacional, recalcando que nunca recibieron asistencia alguna como afirmaron desde algunos organismos.

Una de las damnificadas dialogó con FM Aries donde recalcó cómo fue la situación posterior tras la desocupación del predio, deambulando todo el día sin saber a dónde ir, siendo rechazadas de todos lados y en medio de la lluvia. “El Polo de Mujeres llamó y dijo que consiguieron dos módulos para dos mujeres, pero para las otras dijeron que iban a llamarnos, pero nunca más nos dijeron nada de dónde nos podían albergar, estuvimos deambulando hasta las 21.30 de la noche”, indicó la mujer.

“Es mentira que nos asistieron, nos dejaron ahí, mandé mensajes desesperada a todos”, recordó la damnificada apuntando al Polo de Mujeres como a la Secretaría de Derechos Humanos. Sin respuestas y dónde ir, decidieron retornar al predio, empapadas por las precipitaciones que se desarrollaban, tratando de refugiarse debajo de un árbol. Sin embargo volvió la policía reiterándoles que debía salir del espacio.

Fue cuando desde la fuerza se comunicaron con un CIC pidiendo que les abran la puerta para pasar la noche, pero al llegar dijeron que, nuevamente, solo podían recibir a 8 de ellas. “Fuimos juntas, pensamos que no iban a ser inhumanos, que nos iban a dejar pasar viendo cómo nos mojábamos, pero nos decían que solo podían pasar a Huerta y Flores con sus familias”, lamentó.

A esto alertó que, de todas las mujeres que están a la deriva, dos se vieron obligadas a volver a las casas de sus agresores ya que, frente al desalojo, los hombres decidieron llevarse los hijos en común. “Le quitaron a los chicos, tuvieron que volver detrás de sus agresores”, subrayó para concluir.