Consejos para que la mochila no afecte la salud de los niños

La mayoría cree que cuanto más grande o más costosa sea, esa será la mejor mochila para su hijo. Pero hay tips que debes tener en cuenta a la hora de elegir la mochila que va usar tu hijo durante meses en su espalda.

Cuando se empieza la búsqueda de la mochila, hay que tener en cuenta que la misma debe tener las correas que van sobre los hombros; deben ser anchas y acolchonadas ya que de lo contrario se romperán fácilmente y se vuelven algo incómodas con el paso de los días y de ser posible que la misma tenga algún tipo de armazón.

Las medidas también debe tenerse en cuenta: no debe ser más ancha que la distancia entre los hombros del niño/a y el alto no debe superar la altura de los hombros ni sobrepasar la cintura.

Al llegar el momento de armar la mochila con todos los útiles se debe tener en cuenta que es preferible acomodar lo más grande y pesado para el lado de la espalda y lo más pequeño y liviano hacia afuera, para que de esta forma el peso se equilibre con el eje del cuerpo. Por otro lado, es recomendable no abusar en el peso que lleva la mochila ya con los útiles adentro. Una mochila no debe pesar más del 10% del peso que tiene el niño/a que la lleva. Por ejemplo: Si un niño pesa 30Kg. el peso de la mochila no puede ser superior a 3Kg. Lo ideal sería que la mochila tenga ruedas y así evitar que se cargue en la espalda.

Al llegar el momento de cargar la mochila también se debe explicar a los niños que es recomendable que use ambas correas y sobre los dos hombros y no solo sobre uno. Sobreexigir a un solo lado del cuerpo a cargar todo el peso de la misma, puede tener consecuencias sobre la salud del niño.

Problemas relacionados con el mal uso de las mochilasDiversos estudios en todo el mundo han demostrado que el mal uso de este elemento tan común en la vida escolar puede tener consecuencias a corto y largo plazo en la salud.

La desviación que produce el exceso de peso podría comprimir los nervios, presentar dolor, inflamación y contracturas crónicas; provocando problemas que pueden ser difíciles de solucionar como compresión de órganos, problemas a la hora de respirar y dolores agudos. Los daños que se dan en edad escolar se van notando en la adolescencia y en la edad adulta se manifiestan de manera definitiva.

Fuente: Portal de Internet