Los salteños honran a San Roque y piden la protección de sus mascotas

Este 16 de agosto la feligresía de Salta eleva sus oraciones en honor a San Roque, patrono de los animales, y participan de las celebraciones religiosas como en las procesiones de este santo católico, pidiendo la protección de sus mascotas.

Al haber concluido el rezo de la novena, la procesión en homenaje a San Roque se concretó en la tarde de este martes, la cual partió a las 16 horas desde la Basílica de San Francisco, con la presencia de los fieles quienes acompañaron a la imagen por algunas calles del microcentro capitalino.

La marcha partió desde la esquina de Caseros y Córdoba en dirección al anfiteatro del Parque San Martín donde se realizó la bendición de las mascotas que los salteños llevaron consigo, pidiendo su protección, cuidado y salud. La actividad contó con un gran despliegue de efectivos de Tránsito Municipal, resguardando la seguridad de los feligreses como disponiendo los desvíos.

No obstante los devotos estuvieron acercándose a los templos e iglesias para orarle, muchas veces con sus mascotas acompañándolos, e incluso hablar sobre la devoción y el agradecimiento al patrono por cuidar de sus pequeños amigos, pidiendo que los siga cuidando, según contaron a FM Aries.

Una historia de antaño

San Roque es uno de santos más conocidos y que ha suscitado devoción a lo largo y ancho de todo el mundo, siendo el patrono de los perros, los animales y de los enfermos, con su imagen en muchísimas capillas e iglesias gracias a los favores que ha concedido, principalmente en épocas de enfermedades.

Nacido cerca del año 1300, se dice que era hijo de los príncipes descendientes de la Casa Real Francesa, y que su nacimiento fue consecuencia de un milagro de la Santa María Virgen, luego que sus padres le hicieran una promesa, ya que no podían tener hijos.

Huérfano de joven, vendió su herencia para ayudar a los pobres. Para la época de la peste negra, ayudó con sus conocimientos a los enfermos. Se dice que a uno de estos le hizo la señal de la cruz y se sanó. Contagiado de la peste, se retiró a un bosque para no contagiar a nadie. Cuando estaba moribundo, fue asistido por un perro que todos los días se acercaba para alimentarlo y limpiarle las heridas.

Hay versiones que dicen que este perro curó a San Roque, como éste curó a muchos enfermos de forma milagrosa al brindarle sus atenciones en una época donde poco se sabía de medicina. Desde entonces surgió su devoción y se lo recuerda como un santo protector.