



Un informe está enfenciendo las alarmas sobre el consumo de alcohol entre los adolescentes, pues el mismo revela un preocupante inicio más temprano en la ingesta de bebidas alcohólicas, con casos que rozan los 11 y 12 años, y una marcada preferencia por aquellas de alta graduación.
Según publicó Infobae, este informe fue difundido por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Provincia de Buenos Aires, detallando que la situación se vuelve aún más crítica en la franja de los más jóvenes: 12 de cada 100 chicos ya han probado alcohol antes de los 12 años. Además, casi nueve de cada diez menores de 15 años han experimentado el consumo en algún momento, y seis de cada diez lo hicieron en el último mes, lo que subraya la frecuencia y normalización de esta práctica.
Según Walter Martello, defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires, esta situación es inédita y sitúa a Argentina entre los primeros lugares en consumo de alcohol en Sudamérica. Los datos, recopilados entre 2023 y 2024 en colaboración con la Dirección General de Cultura y Educación, indican que siete de cada diez adolescentes comienzan a beber antes de los 15 años.
Martello señaló una dificultad clave: la tolerancia familiar ante estos comportamientos. Explicó que, a raíz de la pandemia y el encierro, muchos padres optaron por realizar las conocidas "previas" en casa, convirtiendo los hogares en espacios para la ingesta de alcohol por parte de menores. Esto complejiza el abordaje del problema y la aplicación de controles efectivos.
El relevamiento también identificó un cambio en los patrones de consumo, con un aumento significativo entre las adolescentes: El 77,7% de las chicas probó alcohol por primera vez antes de los 14 años, superando el 71,5% de los varones. Además, el informe destaca un cambio en las preferencias de bebidas: la cerveza, antes predominante, ha sido desplazada por opciones de alta graduación como el fernet, el vodka y el gin, impulsado por la introducción de componentes saborizados por parte de la industria.
La dificultad para controlar el acceso al alcohol por parte de los menores es otro punto crítico. Fenómenos como el Último Primer Día (UPD) y la proliferación de la comercialización a través de delivery y redes sociales (como reventas por Instagram o mensajes directos) facilitan la adquisición de bebidas, haciendo que las leyes de prohibición a menores de 18 años queden rezagadas frente a las nuevas modalidades de distribución.








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