



A la crisis que golpea a los barrios más vulnerables de Salta, se suma otra realidad igualmente alarmante: el abandono de las escuelas en zonas carenciadas, donde docentes deben enfrentar no solo la falta de recursos sino también prohibiciones que rozan lo inhumano.
A traves de FM Infinito María, docente de una escuela primaria del barrio Limache, compartió un crudo testimonio sobre lo que atraviesan día a día: “Los nenes tienen 7 años, algunos vienen sin medias porque son hijos de peones que trabajan en las fincas y son de condiciones muy pobres. Me parece algo tan cruel e inhumano. Queremos llevar una estufa y ahora nos prohíben hasta eso. Ellos viven en otra realidad, no son conscientes de lo que viven estos niños”.
Las temperaturas invernales se sienten con más crudeza en las aulas mal acondicionadas, donde ni siquiera se permite llevar estufas eléctricas o a gas, pese a eso no hay alternativas ofrecidas por el Estado.
Además del frío, los docentes enfrentan otra herida abierta: el hambre. “Son nenes con mucha hambre, vemos que están esperando el mate cocido y es una realidad que nos duele. Hoy desbordé”, confesó María, visiblemente afectada.
La docente también denunció que en verano las condiciones no mejoran. “En el verano, por ejemplo, no hay agua, pese a todos los reclamos que hicimos”.









