



Se trata de una mujer de 40 años que trabajaba en un centro de salud y a quien denunciaron por falsificación de sellos, usurpación de títulos y falsificación de instrumento público en perjuicio de tres profesionales de la salud.
La exempleada habría confeccionado copias de sellos con nombres y matrículas profesionales ajenas y los utilizó, según aseguraron desde la justicia, para certificar documentación y firmar libretas de asignación familiar de terceros sin autorización. Tenía tres sellos pertenecientes a profesionales que no prestaban funciones en el centro de salud donde trabajaba.
El juez hizo lugar al beneficio de suspensión de juicio a prueba solicitado por la defensa, destacando que la mujer no tiene antecedentes, es madre de cuatro hijos menores y carece de empleo formal.
Para repara los daños, deberá entregar pañales durante seis meses a un centro de salud público y el pago de una suma en efectivo a cada uno de los damnificados. Mientras que el Tribunal le impuso reglas de conducta por dos años.






























