



La Iglesia Nuestra Señora del Pilar cerró este viernes con una emotiva ceremonia la novena en honor a la Virgen María de Urkupiña, popularmente conocida como "La Mamita".
Durante nueve días, los fieles se acercaron a la iglesia ubicada en Bartolomé Mitre 1414, en el corazón de la ciudad de Salta, para renovar su devoción y pedir fuerzas en un contexto económico y social cada vez más desafiante.

El padre Javier Mamaní, quien estuvo al frente de la celebración, destacó la masiva participación de la comunidad, especialmente de aquellos que se unieron por primera vez a esta tradicional festividad. “Mucha gente aprendió a descubrir la devoción a la Virgen de Urkupiña y vino a compartir la misa y el rezo de la novena”, expresó el sacerdote en diálogo con Aries.
Durante la novena, los devotos ofrecieron oraciones, misas, bendición de imágenes y ofrendas, buscando, en palabras del padre Mamaní, “fortaleza espiritual para enfrentar las dificultades del día a día”.
El sacerdote también resaltó que las principales peticiones de los fieles se centran en el trabajo y el esfuerzo personal. “Fundamentalmente, vienen a pedir fuerzas para trabajar, para conseguir lo que cada uno va buscando. Nada se recibe de arriba, todo se logra con esfuerzo, trabajo y sacrificio”, afirmó Mamaní, quien también recordó la importancia de cultivar la fe en tiempos difíciles.
En un contexto económico complejo, donde muchos luchan por llegar a fin de mes, el padre Mamaní subrayó el valor de la fe como una fuente de esperanza y estabilidad. “En esta inestabilidad a la que tristemente nos hemos acostumbrado, poner la esperanza en Jesucristo nos devuelve la estabilidad y nos recuerda que en Él todo lo podemos”, concluyó.
La novena, además de ser una fiesta religiosa, se convirtió en un espacio de encuentro y solidaridad para la comunidad salteña, que vio en la figura de la Virgen de Urkupiña no solo un símbolo de fe, sino también de esperanza para los tiempos venideros.
Los fieles se despidieron con la promesa de seguir trabajando y esforzándose, siempre con la esperanza de que su fe les brindará la fuerza necesaria para enfrentar los desafíos del día a día.














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