Aseguran que en los barrios de Salta los chicos empiezan a consumir droga desde los 12 años

Sociedad09/09/2025
drogas

El consumo de drogas en los barrios salteños dejó de ser un problema aislado para transformarse en un fenómeno social en constante crecimiento. Según referentes comunitarios, cada vez son más los jóvenes que se inician a edades más tempranas, incluso desde los 12 o 13 años, en un contexto marcado por la pobreza, la desocupación y la falta de perspectivas.

cocaínaEn lo que va de 2025, en Salta se decomisó más de media tonelada de droga

“Para muchos chicos la droga aparece como una salida rápida a una vida llena de carencias”, explicó Nerina Rivera, integrante del movimiento Ni Un Pibe Menos en Salta. La ausencia de oportunidades educativas y laborales, sumada a la violencia estructural, son factores que empujan a los adolescentes a escenarios de consumo y narcotráfico.

Ante esta realidad, las Casas de Atención y Acompañamiento Comunitario (CAAC) cumplen un rol central en la contención de cientos de familias. Estos espacios ofrecen desde apoyo escolar, talleres deportivos y culturales, hasta asistencia psicológica, asesoría legal y atención primaria de la salud. Solo en Finca Valdivia y barrio La Tradición participan más de 500 personas cada mes, entre jóvenes y adultos mayores.

Sin embargo, su continuidad está en riesgo. El funcionamiento depende del financiamiento de la Sedronar, pero los fondos llegaron con demoras y además sufrieron un recorte nacional de 500 millones de pesos, lo que ya provocó el cierre de 40 casas en distintas provincias. En Salta temen que los dispositivos locales sean alcanzados en la segunda etapa de ajustes.

El presupuesto está congelado hace más de un año y ya no alcanza ni para salarios ni para insumos básicos. Muchas veces terminamos poniendo de nuestro bolsillo porque la necesidad en los barrios es enorme”, sostuvo Carlos Tapia, otro de los referentes del movimiento.

Las consecuencias del cierre serían graves. Para muchas familias, estas casas son un refugio frente a la violencia y la exclusión. “Acá mis hijos tienen apoyo escolar, yo recibo terapia y también un plato de comida porque estoy sin trabajo. Si cierran, no sé a dónde vamos a ir”, expresó una madre durante una reunión vecinal en Finca Valdivia.

El movimiento Ni Un Pibe Menos, que nació en 2016 como parte de la Corriente Clasista y Combativa, ratificó que defender estos espacios es defender la vida. En ese marco, se sumará a la jornada nacional de lucha convocada para el 11 de septiembre, con actividades en Salta que incluyen una campaña de firmas y movilizaciones.

Lo que hacemos en los territorios no siempre aparece en los grandes medios, pero es trabajo real. Si se cierran las casas, no solo se pierden programas: se pierden vidas”, concluyó Rivera.

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