



La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) presentó sus primeras proyecciones para la campaña agrícola 2025/2026 en un contexto atravesado por la volatilidad macroeconómica y la expectativa de reformas para el campo. Según la entidad, la producción total de granos alcanzará 142,6 millones de toneladas, un registro inédito en comparación con los últimos ciclos.
El economista jefe de la BCBA, Ramiro Costa, detalló que la estimación se apoya en el análisis de la superficie destinada a los principales cultivos de verano y en la incorporación de mayor tecnología por parte de los productores. La soja mostraría una baja interanual del 4,3% en el área sembrada, hasta 17,6 millones de hectáreas, con una producción de 48,5 millones de toneladas (-3,6%).
En contraste, el maíz se perfila como el gran protagonista: la superficie se expandiría 9,9% hasta 7,8 millones de hectáreas y la cosecha treparía a 58 millones de toneladas, un 18,4% más que en la campaña previa, lo que representa un récord histórico. El girasol también marcaría un salto: +22,7% en superficie y +16% en producción, hasta 5,8 millones de toneladas. El sorgo, en cambio, sumaría área sembrada (+10%), pero con una caída en la cosecha (-3,2%), estimada en 3 millones de toneladas.
La BCBA atribuyó buena parte del optimismo a las condiciones climáticas favorables: reservas hídricas adecuadas al inicio de la campaña y una perspectiva de clima neutral a mediano plazo. Sin embargo, aclaró que los resultados dependerán de la evolución de lluvias y temperaturas en los meses críticos de siembra y desarrollo.
A la incertidumbre climática se suma el plano político y económico. El presidente de la entidad, Ricardo Marra, insistió en la necesidad de “eliminar los impuestos distorsivos sobre la producción” y de “avanzar hacia políticas permanentes que otorguen previsibilidad y un horizonte de largo plazo”. Si bien reconoció medidas del Gobierno nacional, como la unificación cambiaria, el fin de las restricciones a las exportaciones y la apertura de mercados, advirtió que “la clave es establecer reglas de juego claras que permitan al sector agropecuario desplegar todo su potencial”.
Costa, por su parte, matizó el entusiasmo con un diagnóstico estructural: “Un récord que no sé si es para festejar tanto. En realidad tenemos que estar festejando récords mucho más importantes. La producción argentina está estancada desde hace años, no crece de manera sistemática. Estos 143 millones de toneladas no son muy distintos de los 140 millones de 2018/2019”. Según el economista, “Argentina debería estar produciendo 150 o 155 millones de toneladas como un nuevo normal, y no conformarse con los 130 de los últimos años”.
El informe también contempló la campaña de invierno, con proyecciones de 22 millones de toneladas de trigo y 5,3 millones de cebada. Además, destacó un incremento del 8% en el nivel tecnológico aplicado, sobre todo en maíz, con una inversión estimada en más de USD 15.000 millones en insumos y genética de punta.
El impacto económico es significativo: las exportaciones de la cadena granaria sumarían USD 32.938 millones (+3,3%), el valor agregado llegaría a USD 43.237 millones (+1,5%) y la recaudación consolidada alcanzaría USD 12.905 millones (+6,5%).
La BCBA subrayó que el verdadero salto productivo sigue atado a reformas estructurales y a la consolidación de un marco de estabilidad macroeconómica, sin las cuales la Argentina continúa lejos de los niveles alcanzados por competidores como Brasil.












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