"Manochanta" y mano larga

El caso surge de una denuncia realizada por una vecina de barrio Tres Cerritos en contra de un conocido parapsicólogo de la localidad de Vaqueros, quien se hizo cargo de la supuesta curación de una mujer de 45 años, quien padece de problemas graves de personalidad con estados de hipomanía y depresión.

Este cuadro llevó a la mujer a tener ataques en los que intentaba quitarse la vida, razón por la cual sus familiares comenzaron a buscar alguna cura alternativa para ella, lo que llevó a la familia a ponerse en contacto con el acusado.

La mujer fue presentada con el “parasicólogo”, quien previo pago de una suma de 5 mil pesos rápidamente la diagnosticó y puso en marcha un tratamiento con sesiones de “curación por sueños”, los que comenzaban a la tarde y se extendían hasta alta horas de la madrugada.

A ello siguió una “limpieza” en una finca que la familia posee en la ciudad de Tartagal, hasta donde el “parapsicólogo” se trasladó para avanzar con el tratamiento, por cual claro está cobró otra suma de dinero de 15 mil pesos.

Posteriormente, se quedó con un monto similar por una visita a una fuente energética en la zona del “Brealito”. Entras las sesiones de sueños y el resto del tratamiento, el “parapsicólogo” se quedó con más de 30 mil pesos y se sospecha también que se apropió de las alianzas de oro de la paciente.

Más tarde, para mantener a su paciente como si se tratara de la “gallina de huevos de oro”, el “curandero” convenció a la mujer de que en realidad ella tenía mucha energía y que él, en las sesiones que tenían, debía absorber esa luz que irradiaba y que sólo él veía.

Asimismo, impulsó a la paciente a que reclamara la mitad de la finca de Tartagal y que sus familiares eran quienes la querían dormida, por lo que la mujer comenzó a pedir dinero a su marido para el mecánico y otras necesidades, pero todo lo que reunían, según la denuncia, se lo daba al “parapsicólogo”.

La madre de la mujer sostuvo que pudo saber a través de otra familiar, quien tiene un trató más cercano a su hija, que el “curandero” se habría aprovechado de la debilidad de la paciente para someterla sexualmente, como así también inducirla para que pida dinero y la propiedad en cuestión.

En vista de ello, la mujer radicó la denuncia en contra del “parapsicólogo”, quien lejos de curar a su hija la puso en contra de su familia y a través de la misma no sólo se llenó los bolsillos, sino también planea quedarse con una propiedad.