Gaspar Cinco se refirió al pequeño Amir como “rata de dos patas”

Lo hizo en un cruce de mensajes que mantuvo con un tercero, a quien indagó sobre “venenos”. Este y otros mensajes similares, fueron hallados en el teléfono celular, la última prueba que terminó de hundir al periodista asesino.  

Justicia 31/08/2017

Desde el 25 de mayo pasado, o sea unos dieciséis días antes de ejecutar su plan asesino, el 5 de junio, en perjuicio del pequeño Amir, Franco Rodrigo Gaspar Cinco comenzó a interiorizarse sobre los efectos de los venenos, para lo cual hizo varias consultas a amigos e incluso a una estudiante avanzada de la Universidad Nacional, quien desarrolla tareas en un área de laboratorios.

Estos detalles, según fuentes del juzgado 
consultadas por este medio, se encuentran incorporados en el expediente. En distintas conversaciones que el acusado mantuvo con esta estudiante, logró determinar la dosis exacta para mezclar con el agua. La testigo, quien aseguró que aportó los datos siempre sobre las bases de que se trataba de un compuesto para matar roedores

Lo mismo le dijo a otro amigo, a quien habría conocido en un gimnasio. Gaspar Cinco ya tenía definido que esa era la modalidad asesina más efectiva para hacer desaparecer al niño de tan sólo dos años, Amir Párraga. Como ya lo reveló InformateSalta, al referirse a la pericia psicológica y psiquiátrica practicada al acusado, Gaspar Cinco midió cada paso previo al envenenamiento de Amir, cuya vida buscaba eliminar a fin de quedarse con su madre, Alejandra Párraga.

Definido como “mendaz, manipulador e insensible”
Gaspar Cinco decidió de manera unilateral qué Amir debía morir en beneficio de la relación sentimental que había iniciado con Alejandra, ya que seguir adelante con ese hijo era, para el periodista, imposible.

A Gaspar Cinco no sólo le incomodaba el hecho de 
que se tratara de un hijo de otra relación, algo que creía su madre no aceptaría bajo ningún punto de vista, sino también lo exasperaba el hecho de que la atención de su novia no estuviera totalmente centrada en él.

En otro chat extraído del teléfono del acusado, 
surgen frases espeluznantes de parte del imputado. “Ya me tiene las pelotas llenas de que quiere darle una vida mejor y bla, bla, bla”, escribió Gaspar Cinco al referirse a los deseos de Alejandra para con su hijo, durante un cruce de mensajes con otro amigo. En otro párrafo, en tanto, agregó lo siguiente: “que lo entregue, que lo done o rife, o no se…estoy dispuesto a desembolsar lo que
sea necesario”.

Con estas definiciones, y otras más que se 
encuentran en la causa, está claro que Gaspar Cinco nunca, desde que conoció a Alejandra ni más tarde, cuando la relación comenzó a consolidarse, tuvo en ningún momento experimentó sentimiento alguno por Amir.

Era, literalmente, un estorbo y quería borrarlo de 
la relación que había comenzado a tener con su madre, quien por el contrario siempre se encargó de dejarle en claro que el pequeño estaba primero, aunque sí se mostró enamorada de Gaspar Cinco, un amor que su entorno jamás entendió.  

franco gaspar cinco



La veían “enamorada”

Tanto en público, como al prestar declaración, las 
amigas y el entorno de Alejandra Párraga, fueron coincidentes en señalar que a la joven novia del periodista “se la veía enamorada”, no obstante, resaltaron que para la víctima, Amir “era lo primero” en su vida. Al respecto, una de las amigas, con quien Alejandra habló respecto al incidente ocurrido en el dique Cabra Corral, el 25 de Mayo, sostuvo que la víctima mencionó en un mensaje que “ya le había dicho” a Franco que Amir “siempre iba a ser su prioridad”.

La testigo dejó en claro, en su declaración, que 
no se trató de un decir, pues mencionó, según el cruce de mensajes, que si bien ya se lo “había dicho” (que Amir era prioridad en su vida) se lo volvió a “recalcar” para que “no se olvide”.  

Por otra parte, en sus conversaciones con sus 
amigas, Alejandra refirió que en aquel paseo por el dique, el acusado le dijo que “quería estar con ella en serio”, declaración de amor que la propia víctima respondió con una petición. Alejandra le pidió a Gaspar Cinco que “vayan tranqui”, como así también lo indagó respecto a por qué se “apresuraba” y que no “estaba preparada” para algo así, tan “ligero”. Su novio, en tanto, estaba decidido a avanzar a una segunda etapa en la relación.

El acusado se 
mostraba enamorado de Alejandra, lo que exige una pregunta en esta trágica historia. ¿Era amor, lo que sentía Gaspar Cinco? Según las profesionales que realizaron la pericia psicológica y psiquiátrica al acusado, éste poseía una “personalidad psicopática con rasgos narcisistas”.

Asimismo, 
agregaron que Gaspar Cinco “carece de empatía hacia los demás”, además de ser “explotador” y tener la capacidad para “sacar provecho de los demás” únicamente para lograr sus propios objetivos”, para lo cual no dudaba en ser, incluso, seductor.

Pese a ello, los 
peritos determinaron que era incapaz de “mantener una relación a largo plazo”, como así también explicaron que sus relaciones eran, en realidad, del tipo “utilitarias”, por lo tanto no es descabellado pensar que Alejandra, para Gaspar Cinco era simplemente eso, un medio para acceder a una vida de pareja, siendo éste el verdadero objetivo que buscaba.

Una testigo, de 
identidad reservada, cuyo declaración fue también revelada por este medio, señaló que era amiga del acusado, quien la tenía como una especie de “confidente”, y a quien le dijo que “estaba enamorado” de Alejandra.

El hijo, un obstáculo

Así también, según 
lo declarado, le confió que “no soportaba” al pequeño Amir, que “no lo podía ni ver”. A esta mujer, Gaspar Cinco le reveló su objetivo: quería llevarla a “vivir a su casa”, pero primero necesitaba hacer deshacerse de su hijo, ya que su madre “no iba a soportar que salga con una chica que tenga un hijo”.

Con estas pruebas, 
reunidas y obtenidas por la fiscalía durante la investigación, el fiscal, Ramiro Ramos Ossorio sepultó la suerte de Gaspar Cinco, quien en los últimos días intentó buscar entre los mensajes extraído de su propio teléfono alguna frase que le permita utilizar en su defensa. Al menos, esa fue la excusa que le sirvió por varios días para salir del encierro en el que se hallaba en la Alcaidía Judicial. Sus insistentes pedidos por ver todos los chats obtenidos por los peritos del CIF, lo habían convertido en un caminante frecuente de los pasillos externos de la ciudad judicial.

Es muy probable, 
también, que el periodista haya engañado a su abogado defensor, quien hizo un gran esfuerzo por defenderlo y hacer distintos planteos en su favor, pero como se dice en la jerga judicial, Gaspar Cinco es “indefendible”. 

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