Ayer lunes por la noche, en el paraje de Torzalito, en General Güemes, familiares se enfrentaron por una denuncia de un supuesto abuso sexual cometido por un abuelo contra una menor de 10 años que padece una discapacidad.
De acuerdo a lo informado por el padre Francisco Canavides, la niña le habría contado a su hermana mayor, de 20 años, quien realizó la denuncia correspondiente e iniciaron las investigaciones del caso. Del caso tomó intervención la Unidad Regional N°7.
“Ayer me tocó trabajar, cuando regresé me dijeron que a mi hijita le habían bajado los pantalones, la manosearon y la lastimaron en su parte íntima, en su bombachita tenía sangre”, expresó muy dolorido por lo que pasó, informó El Tribuno.
El hombre tiene a su cargo sus 8 hijos porque su mamá los abandonó, y aquí inicia el conflicto. Una de las primas de la menor que estuvo anoche en la manifestación, contó que el miedo del padre de la víctima es porque hace 4 años les prestó un lugarcito dentro de su terreno para que vivan porque alquilaban en Güemes, es decir que la niña abusada y el violador viven en el mismo terreno y éste ya estaría en libertad.
Vecinos y parientes de Canavides, se reunieron en la plazoleta de Torzalito para manifestarse en contra de este aberrante hecho, además de exigir el alejamiento del resto de la familia del abuelo acusado, del terreno usurpado. También unas 15 personas se acercaron hasta la casa del abuelo y se expresaron con insultos arrojando algunas piedras.
En forma inmediata, salió de la vivienda una joven que dijo ser la hija del acusado, pidiendo explicaciones de lo que estaba ocurriendo. En cuestión de minutos, se acercaron otras personas que defendieron la vivienda e intentaron sacar del interior del patio a los manifestantes, generando una muy tensa situación.
“Pedimos que el violador esté preso y se retire de ahí”, dijo una familiar a las cámaras de Multivisión. “La madre abandonó a los chicos y ella misma le cedió a la pobre criatura, la propia abuela defiende al abuelo. Mi otra prima tiene 13 años y vive con un hombre de 42 años, no sabemos qué hacer”, finalizó la mujer desesperada.
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