Benjamín es un niño de 5 años, vive en barrio Los Altos, en Metán, y tiene hipoacusia y autismo. Hace tres semanas perdió su juguete de apego, que es una pelota que poseía desde que tenía seis meses de vida. Jugando, la tiró a la casa de un vecino y no apareció nunca más.
"Es mucho más que una simple pelota para él y para nuestra familia porque mi hijito con ella jugaba, comía, se bañaba y hasta dormía. Por su condición él la tiene que tener siempre a la vista y con eso se siente tranquilo", explicó la madre del niño, María Pérez.
Contó que es una pelota blanca con azul, que ya es vieja, está pinchada, muy gastada y tiene hasta quemaduras porque Benja la calentaba en la estufa durante el invierno y hasta la tapaba.
"Muchos tienen que entender que su amor por la pelota y su apego es por su condición. Él quiere esa pelota, no una nueva de las mismas o de otra marca. De lo contrario ya le habríamos comprado una. Somos humildes, pero no vamos a dejar que mi hijo sufra, al contrario, queremos verlo siempre feliz. Y esa felicidad depende de su pelota", comentó María a El Tribuno.
La familia comenzó a pedir ayuda a los metanenses para tratar de encontrarla. Muchos vecinos solidarios se ofrecieron para comprarle una nueva, pero la familia explicó que el niño no las acepta y agradeció la buena intención de muchas personas a las que les conmovió la historia de Benjamín.
La mujer contó que le preguntó al vecino sobre la pelota, pero el hombre reaccionó de forma muy violenta, y ella tuvo que llamar a la policía. "El hombre dejó pasar a los policías a su casa quienes dijeron que no estaba en ese lugar. Pero mi hijo la había tirado a su patio por lo que no sabemos si la escondió o la tiró en algún lado. Si alguien la encuentra le pedimos por favor que nos avise para que mi hijo la pueda recuperar", dijo para finalizar.