En medio de una inmensa expectativa y nerviosismo general, comenzaron a cerrar los primeros centros de votación en los estados clave, los que definirán quién será el próximo presidente o presidenta de los Estados Unidos, y se inicia así el lento proceso de escrutinio de estas elecciones que las encuestas predijeron como las más reñidas de la historia. Algunos sondeos a boca de urna ya señalan que la economía y la democracia son las principales preocupaciones de los votantes.
Donald Trump y Kamala Harris se muestran optimistas y confían en una victoria, mientras millones de estadounidenses ya están pegados a la televisión para seguir las noticias, aunque se espera que los resultados puedan demorarse más de lo habitual, incluso podría conocerse al ganador en varios días dado la gran cantidad de sufragios que se emitieron por correo y de forma anticipada, cuyo conteo es más lento.
Algunos condados extendieron el horario de votación porque no anduvo el sistema o porque hubo amenazas de bomba, aunque por ahora no se registraron incidentes graves. Sin embargo, Trump dijo que “se habla” de “un fraude masivo en Pennsylvania”, sin precisar a qué se refería.