El 41% de los argentinos cree que vive peor que sus padres y el 63% admite haber resignado consumos esenciales

Sociedad06/11/2025
argentinos

Un estudio reciente del centro de investigaciones Pensar Lab reveló un panorama preocupante sobre el deterioro de la clase media argentina, marcada por la pérdida de poder adquisitivo, el aumento del costo de vida y una creciente sensación de frustración económica y social.

Una generación que percibe retroceso

Según el informe, el 41% de los argentinos considera que vive peor que sus padres, mientras que apenas un 27% cree que su situación es similar y otro 27% afirma haber mejorado. La percepción de retroceso se concentra principalmente en los sectores medios y medios bajos, que fueron los más afectados por la inflación, la pérdida de ingresos reales y el aumento de tarifas y servicios.

Además, el 55% de los encuestados sostiene que la clase media se está achicando, mientras que solo dos de cada diez creen que crece o se mantiene estable. El estudio muestra que dos tercios de la población se perciben en el último escalón de la clase media o directamente fuera de ella: un 34% se identifica como clase media baja y otro 34% como clase baja alta.

La resignación del consumo y la búsqueda de seguridad

El informe también advierte que el 63% de los argentinos reconoció haber resignado consumos en los últimos meses, priorizando gastos básicos como vivienda, salud y alimentación. Sin embargo, hay un rubro que la mayoría intenta mantener a toda costa: la cobertura médica privada, considerada el “último bastión de estabilidad” por el 28% de los consultados.

“La clase media argentina compra, en el fondo, una sola cosa: seguridad”, señala el documento. Esa búsqueda, explica, se manifiesta en el esfuerzo por conservar ciertos bienes, servicios o hábitos que garanticen una mínima previsibilidad frente al contexto de incertidumbre.

Una clase media en tensión permanente

El estudio de Pensar Lab describe a la clase media como un actor demandante, crítico y poco paciente, tanto frente a la política como frente al mercado. Su bienestar, advierte, está ligado a una noción subjetiva pero central: “vivir bien” o al menos mantener una calidad de vida razonable.

Cuando esa ecuación entre lo que desea y lo que puede —o entre lo que paga y lo que recibe— se rompe, predominan el fastidio, la decepción y el desencanto. En ese sentido, el trabajo subraya que la clase media continúa siendo un termómetro social decisivo en la Argentina: apoya a quienes le ofrecen soluciones concretas y seguridad, y castiga rápidamente a quienes no logran responder a sus expectativas.

El informe concluye que este sector, históricamente motor del desarrollo nacional, atraviesa una etapa de vulnerabilidad y resignación, en la que el ideal de progreso se ha desplazado hacia la simple búsqueda de estabilidad.

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