



En la reciente jornada del juicio contra la red narcocriminal que funcionaba en la Unidad Carcelaria N° 1 de Villa Las Rosas, un exinterno brindó un testimonio clave, que aunque reticente, expuso el entramado de corrupción que permitía el ingreso de celulares con internet a cambio de dinero, lo que llevó al tribunal a ordenar su arresto por no cooperar con la fiscalía.
La audiencia de debate continuó con la recepción de pruebas testimoniales, la mayoría de ellas propuestas por las defensas de los veinte acusados. Entre los comparecientes, se destacó la declaración de una funcionaria penitenciaria que en el periodo de los hechos (2022 y 2023) se desempeñaba como jefa del Sector de Requisas. Ella explicó el procedimiento de control al personal que ingresa al penal, que incluye palpación y un escáner para las pertenencias, además de requisas sorpresivas en los pabellones.
También declaró un testigo que fue encargado de pabellón entre 2022 y 2024. Su testimonio se centró en los procedimientos internos para faltas disciplinarias y la gestión de beneficios para los reos. Sostuvo que los jefes de pabellón son quienes canalizan las solicitudes ante el Consejo Correccional y que tienen a su cargo el registro de conducta de cada interno, lo que subrayó la jerarquía y el rol crucial de estos funcionarios en el funcionamiento del penal.
El momento más revelador de la jornada fue la declaración de un exinterno, testigo de la fiscalía, quien solicitó declarar sin la presencia de los imputados. El hombre, que estuvo detenido entre 2020 y 2023, contó que su madre y su hermana le hacían transferencias de dinero para que pudiera acceder a un celular con servicio de internet. Afirmó que lo usaba para estudiar virtualmente, una excusa que la fiscalía cuestionó.
El exconvicto explicó el modus operandi de la red: transfería dinero a cuentas de CBU que le proporcionaban otros internos en papeles. En estas notas, se especificaba el monto y la duración del acceso a internet. Para solicitar las transferencias, llamaba a sus familiares desde el teléfono fijo del penal o desde el mismo celular que le prestaban, evidenciando una comunicación fluida a pesar de las restricciones.

El testimonio, sin embargo, se tornó problemático para la fiscalía. En su primera declaración, el exinterno había brindado detalles más contundentes, describiendo al Servicio Penitenciario como "feroz, corrupto y perverso". Además, había señalado a uno de los agentes imputados como el "cabecilla" de la red, indicando que este no era revisado por su alto cargo y que cobraba por el ingreso de teléfonos, drogas y otros beneficios.
Debido a su reticencia a responder preguntas de la fiscalía sobre su declaración inicial, el tribunal ordenó la demora del testigo. El hombre quedó arrestado hasta mañana con la protección necesaria, una medida que busca asegurar su cooperación y la veracidad de su testimonio en este caso de gran envergadura. Los imputados, que incluyen a funcionarios penitenciarios, internos y familiares, enfrentan graves cargos de exacciones ilegales, comercialización de estupefacientes y asociación ilícita.










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