La familia de Condorí pidió nuevos cotejos de ADN en el caso Cintia Fernández

Pasaron varios años desde que se conoció la sentencia por el caso de Cintia Fernández, la joven que fue encontrada sin vida por su madre aquel 3 de mayo de 2011 en su departamento de Parque La Vega, homicidio por el cual se condenó a Mario Federico Condorí a la pena de prisión.

No obstante en las últimas horas el caso volvió a ser noticia luego que familiares de Condorí protestaron en las afueras del Ministerio Público Fiscal, pidiendo que se hagan nuevos exámenes a las muestras de ADN que se encontraron en el departamento de Cintia, recalcando su defensa a su familiar condenado por la muerte de la muchacha, el cual afirman que es inocente.

Este pedido lo hicieron en el marco de las novedades del caso Jimena Salas, donde uno de los cotejos de ADN a los hermanos Saavedra dio positivo, dando un giro en la causa. Es por eso que los familiares de Condorí requirieron que se haga un nuevo examen de ADN para cotejar con las cuatro muestras que se hallaron en el inmueble de Parque La Vega.

Así lo señaló Alejandra, hermana de Mario Condorí, al medio El Expreso quien recalcó que él actualmente tiene 41 años, es padre de un pequeño de 8 años y está cursando su condena a 23 años de cárcel dentro del penal de Villa Las Rosas. Asimismo aseveró que el juicio “estuvo direccionado” para buscar un culpable y que “en todo ese tiempo Ana Fernández (madre de Cintia) solo hizo política con su fundación con este caso”.

Cabe recordar que en mayo del año pasado, los jueces de la Sala II del Tribunal de Impugnación decidieron no hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa de Condorí y confirmaron la sentencia dictada en su contra.

Vale sumar que no es la primera vez que la familia del condenado se manifiesta, asegurando que él es inocente y fue “un perejil” en el caso, según subrayaron en la marcha que hicieron por las calles de la ciudad por enero del 2021. Tras esta marcha Ana, mamá de la joven, le mermó el tono anticipando que no se iba a quedar de brazos cruzados.