En la sala del Tribunal Oral Federal 1, que lleva adelante el caso Darío Monges, se encontraba la familia de la víctima y de los imputados Roberto Catalino y sus hijos David y Santiago Bejarano.
En la jornada de ayer, el licenciado José Carrizo, profesional del CIF, expuso pruebas de cargo que podrían complicar a los procesados.
Los Bejarano se encuentran acusados de “homicidio calificado por alevosía y uso de arma de fuego y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización en concurso real”, en un caso que pasó al fuero federal por cuestiones de narcotráfico.
El licenciado Carrizo realizó una exposición del trabajo que llevó adelante su equipo sobre la escena, donde se levantaron elementos como colilla de cigarrillo a metros de donde estaba la EcoSport color blanco de Monges, y también la descripción interna del vehículo, informó El Tribuno.
Manchas de sangre en el cuerpo de la víctima, pero también en el asiento del acompañante de la EcoSport, huellas sanguinolentas de distintos tamaños que dan cuenta se trata de rastros genéticos de los tres Bejarano.
Esos rastros lo ubican a David en el asiento del copiloto, agregando rastros en el volante y palanca de cambio del mismo sujeto. Mientras que los rastros de olor ponen a Catalino y Santiago en los asientos traseros, el primero en el medio y su hijo del lado izquierdo.
Según la reconstrucción que explicó el licenciado, el cuerpo de Monges fue movido de lugar, pasando de estar del lado del acompañante a posicionarse en el asiento del conductor donde fue encontrado, donde no había manchas de sangre en la butaca, sí del lado derecho.
Otras Declaraciones
Guadalupe Cabezas, pareja de Monges, dijo en la sala, que habían tenido problemas de pareja por cuestiones económicas entre otras y ratificó lo declarado en la Investigación Penal Preparatoria sobre la incertidumbre del crimen, cuando se enteró que los sospechosos eran los Bejarano dijo a un familiar que “era una de las opciones que manejaba”, sobre los presuntos autores del homicidio, a repregunta de la defensa, dijo que otra opción apuntaba a la “policía”.
Otro de los testigos fue Diego Aquino, quien, en medio de su interrogatorio por parte de la Fiscalía, irrumpió la defensora Clarisa Galán oponiéndose ante el tribunal por considerar se trataban de preguntas direccionadas y mucho tiempo cedido al órgano acusador.
En contrapunto, tomó la palabra el fiscal General para señalar se trataba de un pedido “absolutamente improcedente”, se resolvió rechazar el pedido de la defensa.
Aquino tiene antecedentes penales y fue intermediario entre las acciones de Monges y Alejandro “Cabezón” Díaz. El testigo dijo ser amigo de Monges a quien describió como una persona generosa, también dijo que la víctima le había pedido que lo acompañara a ver al Gringo Palavecino donde ambos estuvieron en la casa del mismo. Comentó que en el momento del crimen, él estaba junto a un grupo de amigos en un finca camino a Bolivia, reunión a la que Monges desistió de ir declaró.